Mi desierto

Tengo ganas de gritar. Gritar hasta quedarme afónico, hasta notar como se vacía mi pecho mientras se me llenan las venas del cuello. Gritar hasta conseguir expulsar toda la mierda que llevo dentro y que poco a poco me está consumiendo.
Un poco de esa mierda ha salido esta mañana cuando he hablado por teléfono con mi abejita. En pocas palabras le he dicho que no quería verla más si no era como pareja. No sé porque se lo dije, no lo siento así y al minuto de colgar me entraron ganas de volver a llamarla para retractarme, pero eso habría sido demasiado penoso, incluso para mí.

Hace dos días mi abejita me dijo entre suspiros mientras follábamos: "dime que me querrás toda tu vida". En otra ocasión me la hubiera comido a besos, pero en esta en concreto me dejó paralizado. ¿Cómo se puede reaccionar ante esto? Me callé y la besé. Cuando terminamos juntamos nuestros cuerpos empapados en sudor hasta sentir cuán acelerado iba el corazón del otro. Como siempre, como antes.
¿Qué ha supuesto todo esto?
Para ella supongo que un error, o mejor dicho, tres errores.
Para mí.... un oasis en medio de mi desierto.


Tranquila abejita, seguiré durmiendo abrazado a la almohada, seguiré buscándote en mis sueños, seguiré echándote de menos.


Me hubiera gustado ir al FIB con mi abejita. No me cuesta nada imaginarme en esta canción saltando como un loco junto a mi abejita.
Cuatro días follando, bebiendo y saltando como locos; la medicina perfecta para nuestra enfermedad.
Foals - Two Steps Twice